Ya casi una semana…

Después del sismo del 19 de septiembre de este año, ¿que puedo decir yo que no se haya dicho ya?

Algunos critican, otros lanzan culpas. Pero no quiero ponerme de ese bando. Yo prefiero estar del lado de las grandes historias, de la unidad que puede mostrar el pueblo mexicano cuando conoce de primera mano el desastre. Porque Puebla, Morelos, Estado de México, Oaxaca y Chiapas también necesitan ayuda, pero la atención se centró en la capital.

Yo al menos estoy feliz que Alfredo, un amigo que se encuentra allá, está sano y salvo. Muchos no pueden decir eso.

Una publicación invitaba a todos los que hemos donado que “presumamos” el donativo, para animar a otros a hacerlo. Yo doné dinero, porque el dinero puede comprar cosas necesarias que la gente generalmente no dona en estos casos, como equipo de protección, guantes, cubrebocas, renta de maquinaria, etc. Invito a otros a, que si están pensando donar, donen dinero. La comida tiene caducidad. El agua es posible comprarla. El dinero es más útil, en mi opinión.

Fuerza, México.

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