Experiencia, divino tesoro.
Aún recuerdo mis días en mi primer empleo. Era en una pequeña empresa de desarrollo de software. Desafortunadamente esta ya no existe. Es una pena, porque había gente muy talentosa ahí dentro. Mi experiencia en aquellos días era casi nula: Un sitio web, que nunca me pagaron, para una empresa de gel para cabello y proyectos escolares que nunca podrían llegar a producción. Evidentemente, sin haber tenido nunca antes un empleo dentro de mi área, no pude haber sido capaz de hacer algo como un comercio electrónico. Menos aún ventas. Y sin embargo, mi entonces jefe decidió otorgarme el puesto, que desempeñe con orgullo durante año y medio. Yo nunca fui practicante, becario, intern, o similar. Por supuesto que cometí errores: sin experiencia alguna en el trabajo y con la misma responsabilidad de varios compañeros de planta que tenían años en sus puestos, es normal. Pero salí adelante gracias a ellos, ya que desempeñaron el papel de mentores.
Un recién egresado de una universidad requiere ser “protegido” por los empleados de mas experiencia de la empresa. Fué precisamente en las empresas que tenían empleados de mayor o distintas capacidades donde aprendí más y tuve mejor formación. Por ejemplo, entré a trabajar en una empresa mayormente dedicada al desarrollo de aplicaciones híbridas, en la cuál ya tenía experiencia. Sin embargo, mi mayor capacidad había sido hasta ese momento el desarrollo en PHP, mientras en esa empresa ya utilizaban Node.js. Así fue como terminé manejando Javascript a nivel servidor y utilizando Angular desde el lado del cliente. Pero de no tener a mi lado compañeros que dominaran completamente esas tecnologías, quizá lo hubiera logrado, pero me hubiera costado mucho más lograr la calidad de trabajo exigida, la cual solo la da la experiencia.
Este comentario viene a propósito de una publicación de empleo que vi. Básicamente, la empresa solicitaba un practicante de desarrollo web con experiencia en sitios web para empresas, comercio electrónico y aplicaciones web especializadas (mencionaban algo que requiere un nivel técnico bastante elevado). Dejando de lado el absurdo, de que la persona que redactó la vacante no tiene siquiera idea de qué es lo que un practicante si puede ofrecer y que no, y de que la empresa para la que trabaja desea obtener un empleado con nivel técnico de mid a senior, pagando tal vez el apoyo económico de un becario, si esta empresa no tiene un desarrollador de alto nivel de conocimientos para protegerlo, el resultado será un desastre. Un practicante no tendrá “el ojo” para distinguir una buena oferta de una mala, además que, desafortunadamente, en nuestro país hay bastantes personas en busca desesperada de un empleo buscando cualquier ingreso, por mínimo que sea, por lo que sin duda le sobrarán aplicantes. Que estos duren en la empresa es otro cantar.
Mi recomendación para un buen departamento de TI: mezclar juventud y experiencia. Y como director de empresa, confía en tus expertos de desarrollo. Por algo los contrataste en primer lugar.
¡Felices pascuas!