El pastor que mentía a sus fieles.
Antes de comenzar, debo aclarar que este tema del que escribiré puede ser muy polémico y es capaz de herir la susceptibilidad de muchas personas. Si este tipo de temas te ponen mal, te sugiero dejar de leer en este momento. Si quieres opinar, por favor hazlo con respeto, que yo seré lo más respetuoso posible, ya que mi intención no es la de herir u ofender a nadie, solo la de opinar acerca de un tema que me llegó profundamente. Bendiciones y oraciones por mi son bienvenidas 🙂
El tema de hoy me llega profundamente, ya que 2 mundos relacionados conmigo colisionan en un video. Por una parte, mi pasado cristiano, ya que se trata de un pastor de la misma denominación a la que yo pertenecía, y por otra, mi presente, como jugador activo de Pokémon Go.
Mi background
Pertenecí algunos años a la iglesia denominada Concilio Nacional de las Asambleas de Dios, A.C., una organización de gente que en su mayoría aún aprecio por sus buenas intenciones. Llevé estudios bíblicos en el propio templo y me bauticé, en uno de los momentos más emotivos de mi vida, ya que en realidad lo deseaba con todo mi corazón. Sonará extraño para algún “hermano” o “hermana” que lea estas palabras que me exprese de esa forma para al final “echarlo todo en saco roto”. El que ahora dude de la existencia de un Dios no significa que no haya sacado nada bueno de esa experiencia, muy a pesar de que considero que esa fue una de las etapas más oscuras de mi vida. Los cristianos me dieron más armas para enfrentar la vida, una visión que en varios aspectos aún aplico y estaré eternamente agradecido con la gente que en su momento me tendió la mano de la forma más desinteresada que he visto. De la persona por la cual inicié mi alejamiento hablaré en otro post, ya que es algo que deseo contar.
Respecto a mi afición por Pokémon, soy jugador en activo de Pokémon Go, además de los títulos Fire Red, Stadium y Stadium 2. Respecto al ánime, veía con fascinación las primeras 2 temporadas, y de ahí hay que irnos hasta XYZ para encontrarme con otra parte de la historia que me llamase la atención. Respecto al cine, fui con bajas expectativas a ver la película de Detective Pikachu, pero lo que vi me gustó. Son tantas las “criaturas de bolsillo” que me gustan, pero si debo elegir un Pokémon favorito, me quedaría con Mewtwo, por su lore, su diseño, la nostalgia y porque sigue siendo uno de los Pokémon más poderosos actualmente, ¡y encima recibió 2 mega-evoluciones!; un OP en toda regla.
Y por lo anterior dicho me siento lo suficientemente capacitado para hablar del tema.
Los “pokimon” son del diablo.
El youtuber “Cosmic, el profe” subió hace tiempo este video. Yo no lo había visto hasta hoy, y, por mi conocimiento tanto de cristianismo como de Pokémon, no pude evitar el famoso “facepalm”. Quizá el señor Josué Yrion no sea malintencionado, a pesar de que miente flagrantemente al decir que “Bill Clinton me contactó” o “estudiamos varios años el fenómeno Pokémon” (que resulta más que obvio que no estudió absolutamente nada), pero si peca de una profunda ignorancia. Y no, ser ignorante no es un insulto, simplemente se trata de alguien que ignora un tema. Y lo malo no es ignorarlo, es quedarse ahí, y encima hablar de ello para descalificar, como mezclar 2 franquicias de juegos totalmente opuestas en muchos sentidos, como Yu-Gi-Oh! y Pokémon. Ahora responderé a los puntos del video del señor Josué Yrion en base a mi opinión y conocimiento del tema.
¿Los “pokimon” son satánicos?
Pokemón es una franquicia de juegos creada por la empresa japonesa Game Freak, distribuida y licenciada por The Pokémon Company, de la cual la propia Game Freak posee la tercera parte de las acciones; el resto se reparte entre Creatures Inc. y Nintendo. Si bien Game Freak desarrolla la linea principal de juegos, otras compañías pueden obtener licencias para desarrollar “spin-off” de estos; tal es el caso de la californiana Niantic Inc, desarrolladora de Pokémon Go.
Entendiendo que el cerebro principal tras esta franquicia se encuentra en Japón, no es de extrañar que una buena cantidad de estas criaturas están basadas en leyendas y mitos orientales; de ahí se da en numerosas ocasiones un choque cultural. Japón es una tierra con un folklore rico en criaturas mitológicas y espíritus, y Game Freak se ha basado en varios de estos para dar vida a muchos Pokémon. Mientras que para los japoneses esas referencias son muy familiares y hasta divertidas, para los occidentales pueden sonar bastante oscuras. Y en ese sentido la Pokédex no ayuda mucho a disipar esa impresión. ¿Banette era un muñeco que tiraron a la basura, y por eso está lleno de odio y rencor? ¿Yamask porta una máscara que le recuerda su rostro cuando era humano? ¿Drifloon desaparece a niños que lo confunden con un globo?… Este… Ahora sí que vamos por partes.
Tomaré la descripción de Banette como base para explicar mi punto. Banette está basado en un espíritu llamado Tsukumogami, que es básicamente un espíritu de un objeto que cobra vida tras 100 años de antigüedad. Bajo esa idea, tenemos un elemento de la mitología nipona en un juego. Mientras para un japonés será algo que conoce, está familiarizado y le da un justo contexto, para un occidental puede sonar “oscuro y siniestro”. Hay que decir que Game Freak también “importa” mitologías para sus creaturas. Tal es el caso de Yamask, tomado de la mitología egipcia.
Pero no solo los orientales y egipcios daban características “siniestras” a animales y objetos. Otras culturas en la antigüedad solían dar ciertas características indeseables a algunas especies animales. Víctimas de esto, por ejemplo, son los cuervos, que “te sacarán los ojos” o los cerdos, que aún hoy muchos cultos judíos, cristianos e islamistas lo consideran un animal “inmundo”, como se lee en Deuteronomio 14:8 (aunque Hechos 10:14-15 parece contradecirlo).
Ahora bien, si tomamos el similar que en el universo de Pokémon estos son los animales, vemos que las características “malas” de los Pokémon están inspiradas en “lo que la gente dice” y/o los mitos y leyendas en el mundo real. Nada dentro de este universo de fantasía es explícitamente satánico. Es más, las descripciones “oscuras” de la Pokédex (que son muy pocas si tomamos en cuenta que son más de 800 criaturas) poco o nada tienen que ver con la experiencia general del juego, e incluso uno puede olvidarse completamente de ellas mientras juega. Y si queremos proteger a los niños de todo lo que pueda referirse a brujería y dragones escupe fuego, dejemos de leerles cuentos infantiles a los niños y ya.
Sin embargo, el punto de los cristianos puede polemizar a los no creyentes. Ellos seguramente dirían “Si no viene de Dios, entonces es del diablo”. Y no, no hay puntos intermedios. Para ellos, cualquier cosa, cualquiera, que no sea venido de ese libro creado bajo graves desacuerdos, mal traducido y editado a conveniencia llamado Biblia, no es algo que deban ver o escuchar. Y aquí viene lo verdaderamente malo. Muy, muy malo.
Una razón para huir.
Llegados a este punto, ya debería quedar claro que Pokémon solo es fantasía, un “cuento de hadas jugable”, si deseas verlo de esta forma. Sin embargo, el video de Cosmic me hizo recordar un vicio que los cristianos cometen a diario: dar más importancia a la información que reciben de acuerdo a quien lo dice, y no por el contenido en sí. Me explico.
Supongamos que un científico, con múltiples doctorados en las más importantes universidades del mundo, ha dedicado su vida entera a apoyar la teoría de la evolución. Tiene pruebas basadas en la genética, paleontología, geología, etc., y va a una congregación cristiana a explicárselas de la forma más sencilla posible. Puede que este hombre genere curiosidad en algunos, pero si alguien descubre que es ateo y homosexual, su palabra es desacreditada de inmediato, sin importar su veracidad. Así, tal cual.
Sin embargo, llega a la misma iglesia un pastor, misionero en el África Subsahariana, agredido por sus creencias cristianas en países islámicos, arrestado en uno de estos por gritar en la calle “Jesús es el salvador”, y sin más estudios que su pastorado y su “investigación” acerca de la Biblia (que en muchas ocasiones está afectada por el sesgo de confirmación). Imparte una predicación, la cual se basa en tachar la teoría de la evolución, sin más “prueba” que sus “estudios bíblicos”, sus habilidades de oratoria y sus convicciones propias, todos le creerán sin cuestionarse un solo punto. Este gravísimo vicio lo vi cientos de veces: “Pero lo dijo el hermano Pablo, que estudió en el Instituto Bíblico”, “Pero sí la pastora lo dice, es verdad”, “El hermano tiene 40 años en la iglesia, debe saber mas que tu que tienes solo 6 meses acá y no entiendes bien todavía”.
Lo peor: esto muchas veces tiende a darles “licencia” a muchos predicadores de decir “cosas” sacadas de contexto, o directamente mentiras, a una audiencia que no cuestiona, o lo hace en base a su sesgo de confirmación: si el predicador tiene cierta autoridad, y dice algo que es congruente con lo que pienso, entonces es verdad. Así, sin cuestionar, sin contextualizar, sin intentar entender la idea y desglosarla. Y lo peor, sin buscar ideas que puedan contradecirla, lo cual haría que ese idea se fortalezca, o descarte.
Pero también hay cosas buenas.
Ahora bien, no estoy diciendo de ninguna manera que sus intenciones sean malas. Tal vez las motivaciones de Josué Yrion son genuinamente buenas. No puedo meter las manos al fuego por él, pero si lo haría por muchas de mis maestras de escuela bíblica y “hermanos”, aún en mi agnosticismo. Sin embargo, lo que no puedo aceptar es vivir en un mundo de verdades a medias y mentiras. donde las únicas pruebas de la información que predican son basadas en los sentidos y en la imaginación. Y es claro: no podemos confiar en los sentidos porque estos nos engañan, siempre. Es por eso que surge el pensamiento abstracto, para crear conocimiento comprobable, replicable y que, sin importar lo que uno crea, sea verdadero.
Y a pesar de todo, no deseo que los cristianos dejen sus creencias, ya que muchos, la mayoría me atrevo a decir, no están preparados para vivir sin un Dios. Ellos tienen una zona de confort que los hace sentir bien, un sentimiento de comunidad y unidad que los hace sentir amados y logran encontrar la paz mental abrazando a ese ser superior, del cual nunca verán su rostro, pero los consuela. Si, hay mentiras del tamaño de casas y charlatanes, pero ellos son felices así. A pesar de todo, los admiro, aunque por mis convicciones actuales no pueda ya estar más con ellos.